Esta época del año es una de las mejores para las familias, ya que hay muchas vacaciones para disfrutar juntos. Sin embargo, también es la época del año en que algunos procesos infecciosos son más comunes.
En la mayoría de los casos, es probable que tengan varias dosis de resfriado, siendo sus síntomas fácilmente tratables. Sin embargo, es esencial diferenciarlos de los síntomas de las enfermedades infantiles más frecuentes, para que los niños puedan recibir el tratamiento adecuado lo más rápido posible y sobre todo para reconocer sus posibles complicaciones.
Gripe
La gripe es un problema común que afecta a cualquier edad, pero puede ser particularmente debilitante para las personas con sistemas inmunes débiles. Para los niños, los síntomas pueden ser mucho peores que en los adultos y en muchas ocasiones los obligarán a estar un buen tiempo fuera de la escuela o incluso en el hospital, debido a su naturaleza altamente infecciosa. En los bebés más pequeños, la gripe puede ser una afección potencialmente peligrosa, de ahí la importancia de la vacunación en toda la familia. Os animamos a que consultéis con vuestro pediatra.
Los síntomas más comunes de la gripe son:
- Fiebre alta mantenida
- Malestar general, irritabilidad
- Escalofríos
- Dolor muscular
- Dolor de cabeza
- Pérdida de apetito
Si notas que tu hijo tiene fiebre alta combinada con cualquiera de estos síntomas durante más de 3-4 días, llama a Centro Pediátrico de Sevilla para pedir cita con el equipo de pediatría para una valoración y/o pedir consejo.
Independientemente de la gravedad de la gripe, es esencial que mantengas a tu hijo bien hidratado y descansado. Tu médico te aconsejará sobre los medicamentos apropiados para aliviar los síntomas y te dirá qué puedes hacer para que tu hijo esté lo más cómodo posible. Recordad que cuando hablamos de tratamiento para la gripe, nos referimos al tratamiento de los síntomas, porque ya sabéis que LA GRIPE NO TIENE TRATAMIENTO; ¡pero podemos prevenirla!
Como la temporada de gripe llega todos los años, en Centro Pediátrico consideramos altamente recomendable la administración de la vacuna antigripal a todos los lactantes mayores de 6 meses.
Resfriados
El resfriado común es tan habitual que tu hijo padecerá alguno tarde o temprano, sin importar lo sano que esté en general.
De hecho, permanecerán casi durante toda la época epidémica con mocos y tos. No os debéis preocupar por esto. No hay nada para hacer que los mocos desparezcan. Lo que tenemos que hacer es aprender es a diferenciar los SIGNOS DE DIFICULTAD RESPIRATORIA, que es lo que nos puede hacer sospechar que pudiera haber un proceso infeccioso de vías bajas como una bronquitis y/o laringitis y/ o neumonía.
Los síntomas más frecuentes en los niños resfriados son:
- Nariz taponada
- Dolor de garganta
- Mocos y tos nocturna no molesta (considerando tos molesta más de 4-5 episodios de tos que despiertan al niño por la noche).
Por lo general, se pueden tratar en casa y no requieren una visita al pediatra. Sin embargo, si notas que los síntomas empeoran, la fiebre permanece alta más de 3-4 días y sobre todo si existe DIFICULTAD PARA RESPIRAR, te recomendamos que pidas una cita con nuestro equipo de pediatría en consultas regladas. En la mayoría de los casos, tu hijo volverá a la normalidad en un par de semanas.
Al igual que con la gripe, es importante mantener a los niños bien hidratados mientras están enfermos y aceptar que puedan perder el apetito y casi no comer nada. Respetemos su nivel de saciedad y entendamos que a los niños enfermos ¡¡no les apetece comer!!
Neumonía
Debido al terror que provoca este diagnóstico en la población general, preferimos hablar de INFECCIÓN RESPIRATORIA DE VÍA BAJA (IRVB): así te lo encontrarás en el informe médico.
La mayoría de las neumonías son benignas y víricas, por lo que el tratamiento en la mayoría de las ocasiones será muy parecido al de un resfriado común. Sí, habéis escuchado bien, el tratamiento consistirá en aliviar los síntomas. El equipo de pediatría será quien decida en este caso si necesitamos antibióticos o no. No siempre necesitaremos antibióticos para tratar una IRVB, porque en un porcentaje muy bajo serán causadas por bacterias.
Sospecharemos una neumonía cuando un resfriado no evoluciona como esperábamos, por ejemplo:
- Fiebre prolongada más de 4-5 días
- Dificultad respiratoria
- Tos molesta nocturna y diurna
- Afectación significativa del estado general
- Dolor en el costado
- Etc…
En estos casos, el equipo de pediatría tenderá a sospechar este proceso infeccioso, entre otros. Los bebés y los niños con sistemas inmunes debilitados están particularmente en riesgo.
La neumonía suele ser una complicación frecuente en la gripe, por lo que nuevamente la vacunación contra este proceso infeccioso puede evitar males mayores.







