Cada vez que voy a un parque, siempre veo montones de niños bebiendo zumos envasados con pajitas, como si no hubiera un mañana. Los padres siempre están ansiosos por repartir las cajitas de dulzura líquida porque piensan que les están proporcionando a sus pequeños una dosis saludable de vitaminas. Por lo tanto, no es de extrañar que todos se sorprendan cuando les digo que los zumos envasados no son una buena opción alimenticia para los niños.
Definitivamente, los zumos envasados no son buenos ni para nuestros hijos, ni para nadie. Mucho me temo que a lo largo de los años hemos sido engatusados por una falsa apariencia de salubridad.
A continuación, analizamos las principales razones por las que no debes dar zumos envasados a tus hijos:
El zumo envasado es esencialmente azúcar
Según un estudio reciente de la Universidad de Glasgow, los zumos envasados contienen tantos azúcares como los refrescos.
Cuando se fabrica el zumo envasado, toda la fibra se elimina del jugo. El contenido se reduce a una dosis de fructosa concentrada. Igual que el azúcar refinado, la fructosa hace que los niveles de azúcar en la sangre aumenten rápidamente.
Desafortunadamente, la explosión de energía no dura mucho tiempo. Los niveles altos de azúcar en la sangre hacen que el cuerpo almacene la energía como grasa. Después los niveles de azúcar en la sangre bajan, dejándonos cansados y malhumorados.
Aumenta el riesgo de padecer diabetes tipo 2
Debido al exceso de azúcar en el organismo, el páncreas de los niños se ve forzado a trabajar más y fabricar más insulina para movilizar ese azúcar. Ese sobresfuerzo puede originar una resistencia a la insulina, es decir, no poder transportar la glucosa sobrante, por lo que acabará acumulada en sangre hasta presentar una diabetes con las complicaciones ya conocidas (enfermedad cardiovascular, enfermedades renales, oculares, vasculares…).
El zumo envasado tiene mogollón de calorías
¡Más de 1/3 de los niños y adolescentes padecen sobrepeso u obesidad! Es hora de que comencemos a pensar en la cantidad de calorías que consumen nuestros hijos.
Permitidme ser claro: no estoy defendiendo el conteo de calorías para los niños. Si consumen una dieta sana y equilibrada, no hay necesidad de restringir calorías. Sin embargo, no hay necesidad de completar su dieta con un tetrabrik cargado de calorías vacías.
Muchos padres se sorprenden al descubrir que el número de calorías (y azúcares) de una de las principales marcas de zumo envasado es prácticamente idéntico al de algunas de las marcas de refrescos más conocidas.
Entonces, ¿nunca podré darles zumo envasado?
¡Seamos razonables! ¡Por supuesto que puedes OCASIONALMENTE darles zumo envasado a tus hijos! En un cumpleaños, fiesta u otra ocasión especial, del mismo modo que de vez en cuando pueden comer un trozo de tarta o alguna chuche.
Sin embargo, no debería ser nuestra primera opción como desayuno, almuerzo o merienda diarios, ¡ni mucho menos como sustitutos de la fruta!
¿Y los zumos recién exprimidos?
Son una buena idea, aunque siempre es preferible la fruta entera. Corta una naranja en trocitos y anima a tus peques a comérselos poco a poco. Por cierto, ¡esto es importante! POCO A POCO. No sabemos quién se inventó la leyenda urbana de que los zumos pierden las vitaminas cinco minutos después de exprimirse… ¡Que no, que las vitaminas no se evaporan, ni nada parecido! Las propiedades del zumo no se pierden hasta pasadas al menos 12 horas. Así que deja que tu hijo se beba el zumo a su ritmo.
Y recuerda: si tus hijos tienen sed, lo mejor es que beban AGUA, o en todo caso, leche.







