Los padres a menudo se preguntan si el hecho de que sus hijos se chupen el dedo es un problema. La respuesta corta es DEPENDE. La respuesta larga es que debemos comprender todos los aspectos de esa acción y qué está ocurriendo en sus vidas.
Chuparse el dedo es una parte natural del desarrollo de los niños y niñas. El problema se da cuando la succión del pulgar deriva en mordida abierta anterior: los dientes frontales superiores e inferiores no llegan a tocarse. Se crea un espacio que tiene consecuencias en la habilidad del pequeño para morder, tragar y hablar.
Para determinar si chuparse el dedo es un problema que necesita corregirse, debemos prestar atención a los siguientes aspectos:
Edad
La mayoría de los niños dejan de chuparse el pulgar a los 3 o 4 años. Cuanto más cerca estén de los 4 años, más difícil será que los problemas de mandíbula se corrijan por sí solos. Muchos pequeños abandonan este hábito al llegar al cole porque empiezan a comprender las implicaciones sociales de la acción. El objetivo será hacer que dejen de chuparse el dedo cuanto antes, pero sobre todo antes de que salgan los dientes permanentes.
Frecuencia
¿Con qué frecuencia se chupa el pulgar? ¿A toda hora o solo cuando duerme? A mayor frecuencia, mayor posibilidad de causar daños en la mordida.
Duración
Si tu hijo o hija se chupa el pulgar durante 5-10 minutos hasta que se queda dormido, es poco probable que desarrolle problemas graves en un lapso de tiempo tan pequeño.
Intensidad
¿El pequeño deja suelto el pulgar dentro de la boca o lo succiona de forma activa e intensa? Chuparse el dedo intensamente perjudica más que hacerlo sin apretar.
¿Qué ocurre en su vida?
Para entender bien qué está ocurriendo, es necesario comprender qué más está sucediendo en la vida de nuestro hijo. Chuparse el dedo es a menudo un mecanismo que usan los niños para afrontar problemas. ¿Existe estrés social? ¿Ha habido un cambio de escuela? ¿Está aprendiendo a usar el baño? ¿Ha habido algún factor de estrés importante en su vida, como una muerte o un divorcio? Es posible un tratamiento personalizado para entender el origen.
Recomendaciones para que tu hijo no se chupe el dedo
Hay maneras de ayudar a un niño a dejar de chuparse el pulgar. Las familias pueden desempeñar un papel importante en el proceso.
- Es una decisión que debéis tomar juntos.
- Recuérdale día a día que dejar este hábito es un paso más para “hacerse mayor”. Habla con él/ella, conciénciale poco a poco y observa que esté preparado y dispuesto a ello.
- Nunca le prohíbas que se chupe el dedo o le ridiculices o castigues, pues dañarás su autoestima y le generarás ansiedad.
- Intenta iniciar el proceso para abandonar este hábito antes de la salida de los dientes definitivos.
- El mejor momento para empezar es un momento tranquilo, nunca cuando haya grandes cambios en su vida.
Trucos que os ayudarán en el proceso
- Distráelo: el aburrimiento puede hacer que tu hijo se chupe el dedo. Busca la manera de mantenerlo ocupado con alguna actividad que implique el uso de sus manos.
- Premios: puedes premiar a tu hijo/a con pegatinas conforme vaya aumentando el tiempo que esté sin chuparse el dedo. Mayor tiempo, mayor recompensa. Este truco fomentará su autoestima y voluntad de superación.
- Trueque: si el hábito de chuparse el dedo se da principalmente a la hora de ir a dormir, busca un sustituto como pueda ser un peluche.
Tenemos que analizar muchos factores de esta acción, así como lo que está sucediendo en su vida, para tener éxito. Si te preocupa que tu hijo o hija se chupe el dedo, también puedes hablar con tu dentista.







