La dermatitis atópica es una patología cutánea prolongada (crónica) que consiste en erupciones pruriginosas y descamativas que comienzan en la infancia. Este trastorno se ha convertido en una de las principales causas de visitas al dermatólogo. La piel atópica es una condición poco conocida e incomprendida, que altera la vida de los niños y de sus padres. Sin embargo, recientes descubrimientos científicos han permitido avances hacia la comprensión de esta condición, de manera que el esquema terapéutico se ha ido modificando.
¿Cómo saber si mi hijo tiene dermatitis atópica?
Si tu hijo padece dermatitis atópica, lo más seguro es que note la piel seca, rugosa, escamosa, enrojecida y con picor. Es posible ver cambios en la dermis en forma de ampollas que pueden supurar y llegar a formar costras. Evita que tu hijo se rasque para que no se haga heridas y prevenir las infecciones.
Incidencia de la dermatitis atópica por edades
- Menos de seis meses: la dermatitis atópica generalmente aparece en la cara, con mayor frecuencia en las mejillas y la frente. También se puede ver en el cuero cabelludo.
- De 6 a 12 meses de edad: muestran signos de dermatitis cuando gatean, particularmente en los codos y las rodillas.
- Niños de dos años en adelante: se ve en los pliegues de los codos y las rodillas, las muñecas, los tobillos y las manos. También se puede encontrar en los párpados y la boca.
Causas más frecuentes de la dermatitis atópica en verano
- Calor. El aumento de la temperatura puede hacer que la piel seca y con picor empeore
- Humedad. La humedad elimina el agua de la piel, contribuyendo a los brotes de eccema. Hay que evitar en la medida de lo posible las piscinas con químicos. Además, la ropa mojada por la transpiración o la piscina puede agravar el estado de la piel ya irritada.
- Productos agresivos para la piel. Los niños con dermatitis atópica son más sensibles a cualquier producto dermatológico. Hay que leer bien las etiquetas y asegurarnos de evitar fragancias fuertes y químicos agresivos, también en los protectores solares.
- Alergias estacionales. Los niños con alergias estacionales y sensibilidad al polen tienen más probabilidades de que su dermatitis empeore.
Prevención y tratamiento
Desafortunadamente, la dermatitis atópica no tiene cura. La buena noticia es que es tratable e incluso prevenible. Esto es lo que puedes hacer para prevenir y tratar la dermatitis atópica del bebé durante los pegajosos meses de verano:
- Mantenlo fresquito. Aire acondicionado suave para evitar la sudoración excesiva por la noche o ventilador. Asegúrate de ponerle un pijama de algodón ligero. El algodón absorbe la humedad y es menos irritante para la piel. Durante el día, trata de mantener a tu bebé alejado del calor.
- Sin químicos. Los protectores solares libres de químicos usan ingredientes activos de óxido de zinc y dióxido de titanio, que actúan como barreras físicas contra los rayos dañinos del sol.
- Baño diario. Los baños cortos con agua tibia (no caliente) calman la piel y evitan que se seque.
- Mantén la hidratación. La mejor prevención para el eccema es mantener la piel hidratada con una crema especializada recomendada por tu pediatra.
- ¡Llámanos! Si ninguno de estos remedios alivia la piel de tu bebé, acude a Centro Pediátrico y te ayudaremos.