Hoy os voy a hablar de los biberones. Y es que aunque parezca una tarea sencilla, la elaboración de los biberones debe seguir unas pautas básicas para que la leche que le damos a nuestros hijos se encuentre en las mejores condiciones posibles.
Como ya hablamos en el post anterior, cada vez hay más mamás que optan por la lactancia artificial, ya sea en exclusiva o como complemento a la lactancia materna. Por eso los biberones juegan un papel tan importante en la vida de nuestros pequeños.
Hay muchas cosas a tener en cuenta a la hora de preparar los biberones: la leche (el tipo y la cantidad), los biberones y las tetinas, el agua… Así que vamos a ello.
¿Que tipo de leche debemos usar en los biberones?
Hay varios tipos de fórmulas en el mercado, y usaremos unas u otras teniendo de referencia la edad de nuestro hijo.
- Fórmula número 1 o de inicio: La usaremos para preparar los biberones de nuestro hijo en sus 6 primero meses de vida.
- Fórmula número 2 o de continuación: Está indicada desde los 6 a los 12 meses de vida.
- Fórmulas especiales: La usaremos recomendadas por el pediatra en caso de problemas específicos (lactosa, gluten, hidrolizadas…)
No es recomendable usar una lata de Fórmula abierta desde hace más de 30 días. Por lo que es aconsejable apuntar la fecha en que la abrimos por primera vez.
En el caso del agua para la preparación de los biberones, podemos usar agua del grifo (siempre que sea apta para el consumo) o agua embotellada pero siembre después de hervirla al menos 5 minutos.
También tenemos que tener muy en cuenta que el polvo de la leche de fórmula no es estéril, y puede contener esporas bacterianas. Por lo que tenemos que tener especial cuidado con los grupos más vulnerables, como son los menores de 2 meses, los bebés prematuros y los nacidos con bajo peso.
La OMS aconseja preparar la leche de fórmula con agua a no menos de 70ºC.
Cómo elegir los biberones y mantener su higiene.
A la hora de comprar los biberones lo primero a tener en cuenta es que sean de un material homologado, bien plástico o cristal. Las tetinas también pueden de ser de plástico o silicona, con un agujero que permita la salida de la leche de forma lenta, como goteo y no a chorro, para evitar atragantamientos.
Tanto las tetinas como los biberones debemos revisarlos cada cierto tiempo y asegurarnos que no están rotos o deteriorados. Se deben lavar con agua caliente, detergente y un cepillo adecuado o en el lavavajillas. Y esterilizarlos en agua hirviendo al menos durante 10 minutos o sumergiéndolos en una solución de esterilización al menos durante una hora y media después de cada uso. Una vez esterilizados, los biberones se deben tapar herméticamente hasta su uso.
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Preparación de los biberones
Lo primero a tener en cuenta a la hora de preparar los biberones de nuestros pequeños es usar una superficie limpia y lavarnos muy bien las manos antes de comenzar los siguientes pasos:
- Verter la cantidad de agua adecuada. Agua que como ya dijimos habremos hervido previamente. Y siempre primero el agua y después el polvo.
- Añadir la leche de fórmula: Usar los cacitos que incluyen los envases, hasta el raso y sin apretar el polvo. Ajustando la cantidad de polvo a la de agua añadida anteriormente. 1 cacto por cada 30ml de agua. Preparando las tomas siempre en múltiplos de 30ml.
- Cerrar y mezclar bien: Agitando suavemente hasta que no queden grumos.
- Probar la temperatura: antes de darle el biberón a nuestro hijo debemos comprobar que la temperatura sea la correcta, vertiendo una gotas en la cara interna de nuestra muñeca. No deberíamos notarlo, pero ante la duda, es mejor que la leche esté templada que caliente.
Ya tendremos preparados nuestros biberones. Es importante desechar lo que sobre de cada toma, no se debe guardar nada para la siguiente. Lo más conveniente es consumir los biberones recién preparados. Aunque también podemos guardarlos en el frigorífico y calentarlos más tarde. Eso si, nunca con más de 24 horas y siempre asegurándonos de mantenerlos a una temperatura inferior a los 5ºC.
Recordad que no existen las cantidades exactas, cada bebé es diferente, en apetito, peso y edad, y es importante respetarle.
Los biberones al igual que el pecho hay que suministrarlos a demanda del propio bebé, aunque durante la primera semana de vida no es conveniente que pasen más de 3 horas entre cada toma, y sino lo demanda habrá que ofrecérselo.
La alimentación del bebé es un momento especial de la relación con los padres muy importante para el desarrollo del niño. Aprovechad para sostener a vuestro bebé y fomentad el contacto físico y visual. Las caricias, cosquillas, masajes, etc… sirven para para potenciar en el bebé la liberación de las misma sustancias beneficiosas que produce la lactancia materna.
No lo dudéis y disfrutad de ese momento.
Espero haberos ayudado, y ya sabéis que podéis dejarme vuestros comentarios y dudas. Nos vemos pronto.







