Normalmente es complicado identificar cuando un niño padece hipoacusia o sordera, ya que cuando eran bebés podían tener una audición normal. La hipocausia es la incapacidad total o parcial para escuchar sonidos en uno o ambos oídos.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de la hipocausia pueden variar dependiendo de la edad que tenga el niño. En primer lugar, pueden no alterarse ni sobresaltarse ante situaciones de sonidos fuertes. Si son niños con mayor edad y se les habla, pueden no mostrar ninguna reacción.
El bebé no gira la cabeza ni busca con la mirada a la persona que está hablando, ni emite sonidos guturales para llamar la atención.
Y, por último, si hasta los 2 años de edad no emiten palabras aisladas u oraciones simples, también es un signo de sospecha. Incluso, en la escuela pueden presentar situaciones de falta de atención y una menor rapidez a la hora de aprender con respecto a otros niños sin hipocausia.
¿A partir de qué edad se puede identificar?
Cuando un niño es recién nacido es difícil detectarlo. No es hasta los 6 meses cuando los bebés comienzan a imitar a los adultos y a realizar sonidos. Cuando aparece la sordera, no chapurrea ni se orienta por los sonidos. Un bebé cuando cumple el primer año de vida, suele pronunciar las palabras “Papá” y “Mamá” o señalar algo cuando se le pregunta. En estos casos, debe consultarse al especialista.
¿Qué habría que hacer si mi peque tiene sordera?
En algunos casos puede ser sordera u otro problema ya que cada niño tiene su propio ritmo de desarrollo. Por ello, es necesario realizar una prueba para asegurarse. Este tipo de análisis, se realizan a partir de los 2 años de edad, cuando pueden reaccionar ante estímulos auditivos.
Para detectarlo, existe dos tipos de pruebas: las emisiones otacústicas y los potenciales auditivos evocados del tronco cerebral.
Emisiones otacústicas: se realizan colocando un pequeño adaptador en el conducto auditivo del bebé, que emite unos sonidos y recoge las respuestas que se generan en una zona del oído interno llamada cóclea.
Potenciales auditivos evocados: se colocan unos sensores en el cuero cabelludo del bebé, que recogen la actividad eléctrica generada en el oído y en el cerebro en respuesta a estímulos sonoros que se emiten desde unos auriculares. Este tipo de prueba se realiza cuando el bebé está durmiendo, ya que no evalúa una respuesta una conducta voluntaria.
Audiometría Conductual: se realiza examinando todas las partes del oído. El bebé, en este caso, tiene que estar despierto y colaborar en dicha prueba.
De todas formas, cada cierto tiempo sería recomendable hacerle a tu peque revisiones médicas para descartar otras posibles patologías relacionadas con el oído o con su desarrollo.
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